Pablo Y Juan En La Privada I


by Nalgadas

Esta historia trata de dos niños, Pablo y Juan. Pablo tenía 13 y Juan tenía 16, ellos vivían en una privada donde podían hacer lo que quisieran y nadie les decía nada. Ellos siempre jugaban ahí desde que Juan llegó a vivir a esa privada.

Ese fué un día, que no van a olvidar ninguno de los 2. Porque fué el día cuando descubrieron su obsesión, por las nalgadas.

Fué un martes estaba nublado pero estaba haciendo algo de calor, por eso los dos estaban vestidos de shorts, y andaban descalzos. Cuando se vieron por primera vez se voltearon a ver y se saludaron:

Hola, Mi nombre es Juan, acabo de llegar a vivir aqui Hola Yo soy Pablo, Bienvenido y espero que seamos grandes amigos

Ese día estuvieron platicando de como era todo el desmadre en la privada, y la platica se alargó al punto de que se dieron cuenta que a los dos les gustaba dar nalgadas, y que les dieran, Estuvieron todo el día juntos y en la noche cada quién se fué a dormir a su respectiva casa.

Al otro día el papá de Pablo encontró al hermano de Pablo fumando en el techo. Se llamaba Martín. Nada más se despertaron todos cuando el papá le estaba gritando a Martín para que bajara. Cuando bajó muerto de miedo, el papá ya tenía en la mano una rama de un árbol que acababa de arrancar. Era una vara como de 1 cm de diámetro y como 15 cm de largo. Lo metió a la casa, le bajó los pantalones y los calzones. Luego lo acostó en la mesa del comedor. Le gritó:

Si te mueves o metes las manos, te doy doble. Si Papá te lo prometo pero no me pegues tan fuerte por favor... CÁLLATE, SI NO HUBIERAS COMETIDO ESA ESTUPIDEZ DE FUMAR, NADIE TE ESTARÍA PÉGANDO

Nada mas se quedó callado, se percató de que su papá tenía razón. También estaba pensando que no íba a llorar, el tenía 14 años, ya era grande.

El papá solo se acomodó al lado de él y le gritó:

ESTAS LISTO??? Si papá, perdon!!!

El papá levanto el palo hasta donde le llega el brazo, y bajando con todas sus fuerzas golpeando fuértemente la dos nalgas, haciendo que las dos rebotaran.

THWACK ,AAAAAUCH THWACK, AAAAAAHHHH THWACK, AAAAAHHHH

Se empezaron a formar líneas rojas paralelas y abultadas. Parecían vias del trén pero rojas.

El papá le siguió pegando hasta que contó 25 azotes.

THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK.

Sus nalgas estaban llenas de rayas rojas, y él, con un dolor impresionante. Martín, se fué corriendo a su cuarto aguantándose el llanto, llegó a su cuarto y se encerró, y comenzó a llorar pero discrétamente. Pablo lo estaba viendo desde un hoyo que había entre su cuarto y el de él.

Martín se bajó los pantalones y los calzones, y se acostó en la cama. Estuvo llorando por ratos y por otros ratos se sobaba. Pasaron como 10 minutos y se paró de la cama y se vió en el espejo.

Si que me dió una buena paliza, él dijo.

Sacó de un cajón una revista pornográfica que tenía y se empezó a chaquetear. Había agarrado una costumbre que cada vez que le pegaban se íba a su cuarto a masturbarse. Se empezó a chaquetear, pero sus nalgas apuntaban justo hacia donde estaba el hoyo que Pablo estaba espiando. Cuando Pablo vió ese espectáculo tan maravilloso se empezó a masturbar también. Se dió cuenta que Martín ya se estaba viniendo y se empezó a apurar para venirse 'en chinga'.

Al otro día se levanta Pablo y se mete al baño para mear y se dió cuenta que Martín se estaba bañando.

Hola Martín, ¿Cómo estás? Bien, porqué la pregunta? Pues por la variza que te pegaron ayer Ah, se oyó muy fuerte? Pues bastante!!! Ahh. Pues sigo un poco adolorido. Me dejarías ver tus marcas?, preguntó con curiosidad Bueno!

Pablo abrió la puerta de la regadera y le vió las pompas a Martín. Vió como tenía puros cruzamientos de rayas rojas, y algunas medias alzadas. Y se acercó a tocarlas...

Auuuch, no tan fuerte, duele!!!! Perdón, cuantos varazos te dieron No los conté, pero como 25.

Pablo salió del baño con el pito parado y con ganas de pegarle a alguien. Se vistió y salió de su casa y se encontró ni mas ni menos que con la vara con la que su papá le había pegado a su hermano. La vara parecía que no estaba rota, aún con la fuerza con la que sacudió a su pobre hermano.

Caminó hasta la casa de Juán y lo vió que estaba afuera de su casa y vestía unos shorts que se le veían las nalgas muy antojadizas.

Juán, estas ocupado? No, carnal, estaba pendejeando por aqui Quieres jugar un jueguito. Va!

Se fueron caminando hasta una casa abandonada justo donde Pablo había dejado el palo que se encontró. La recogió del piso, y Juan le dijo:

Y eso?, Que me porté mal o que? le dijo en tono cómico Si, y por eso tendrás que ser castigado

Se metieron a la casa y se sentaron en dos sillas, Pablo se sentó en una grandota que parecía trono. Pablo jugando a ser juez empezó a decir un discurso:

Miembros del Jurado, aqui tenemos a presencia de ustedes al acusado de haberse robado el elíxir. Al no contar con pruebas de defensa, me temo decirles, que el acusado será sentenciado a 40 azotes con la vara. El acusado tiene algo que decir?... Si, porque tantos golpes? Según el código de la Asociación de NR por robo calificado, se le debe sentenciar de 35 a 60 azotes con la vara y si el criterio del juez lo amerite se le pueden agregar 40 nalgadas. Si sigue cuestionando el código tendré que imputarle condena máxima. No su señoría, le pido mas tiempo para conseguir las pruebas. Si usted desea, pero en ese caso le tendría que aumentar a 40 azotes y 20 nalgadas. En ese caso, me declaro culpable. Se levanta la sesión, la condena se le dará en este momento.

Pabló procedió a bajarle los pantalones a Juán:

La orden no decía que era a "piel pelona" Cállese o le aplico máxima sentencia!!!!

Pablo continuó y le empezó a bajar los calzones. Las blancas nalgas de Juan, sobresalieron y en ese momento a pablo y a Juán se les empezó a notar algo de movimiento entre los calzones.

Sin titubear, Pablo agarró la vara y recostó a Juán encima de una vieja mesa de madera. Le terminó de bajar los calzones hasta los tobillos y procedió a azotarlo

Shwiiish, THWAAAACK...AAAAHHHHHHH Pegas durísimo, gritó Juan

THWWWAAAAACK, THWAAAACK (cruzó las dos nalgas), THWAAAAACK (Se formó otra línea mas en la nalga derecha) THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK, THWACK.

Desde el primer varazo, Juan empezó a gemir, de veras que Pablo si pegaba fuerte. Las nalgas de Juan solo bincaban y se estaban hinchando, se le marcaban cada vez mas. Para cuando iba en el azote 23, Juan gritó

YA PORFAVOR, ME DUELEN MUCHO LAS NALGAS CÁLLATE!!!!!

Pablo soltó un varazo entre la zona donde las nalgas se juntan con las piernas.

AAAAAAAAAAHHHHHHH, ESO DOLió MUCHíSIMO, YAAAAAAAAA PORFAVOOOOOR

Sin importarle los gritos de dolor azotó cerca de esa zona atinándole de vez en cuando, hasta que llegó al azote 30

Para el azote 30, Pablo paró. Claro de tan fuerte que le pegó a Juanito se le cansó un poco la mano. Sus nalgas eran un rojo macizo, parecían dos manzanas pero con piel rayada.

Juan, que te parece que las últimas te las dé en nalgadas? Si mejor porfa!!!!! OK

Pabló se sentó en una silla y jaló a Juan para acomodárselo encima de sus piernas. Le empezó a sobar las nalgas, para sentir las rayas de su amigo. Y cuando a Juan se le estaba olvidando el dolor, cae la mano de Pablo pegando sobre la nalga derecha SMACK AAAAOOOOOUUUUU

SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU, SMACK AUUUUUU,

Para ese momento los pitos de ellos estaban paradísimos. Se les antojaba esto desde que se vieron la primera vez.

Le dió unas últimas 4 nalgadas como nunca, Juan echó un grito de dolor por cada tunda.

Terminaron, las nalgas de Juan nunca habían estado de ese color, era rojo intenso pero con rayas infladas.

Pablo le dijo a Juán:

ok, huey parate ahí de tal forma que pueda ver tus nalgas.

Pablo se empezó a jalar la verga varias veces hasta que empezó a sacar gemidos de placer y mas al ver los varazos, hasta que se vino, toda la esperma la echó en el piso.

Luego lo siguó Juan que también se chaqueteó, agarrándose las nalgas y tocándose donde fué vareado y nalgueado. Cuando se vino, cada quién agarró camino y se regresaron a sus casas, Juan no podía dormir y tuvo que dormir en el frío piso.


More stories by Nalgadas